Se espera que el acuerdo, que se comenzó a negociar en abril de 2014, permita poner fin a la Posición Común de la UE sobre Cuba de 1996 promovida por el Gobierno de José María Aznar y que condiciona la profundización en las relaciones a avances democráticos y en Derechos Humanos en la isla, algo que necesita el visto bueno de los Veintiocho por unanimidad. La Habana siempre la ha rechazado por injerencista.
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