Y es imposible negar que parte de la responsabilidad del Brexit pudiera recaer en unas asustadas y empobrecidas clases sociales trabajadoras que siguen existiendo y que han acabado reconociendo su enemigo no tanto en aquellos que los explotan y en los mecanismos que lo hacen posible, sino en el fontanero polaco, el tendero pakistaní o el refugiado sirio.
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