La anulación de los artículos del Reglamento de Costas que prohibían a los chiringuitos excavar un sótano en la arena o levantar más de una planta altera sustancialmente las reglas de juego en las playas españolas. Para los empresarios, es un triunfo que abre otra vez las puertas a ampliar superficie y a equiparse con almacenes en el subsuelo. Los derrotados son el Gobierno, que ve cómo cae la protección que aprobó hace menos de dos años, y los ecologistas, que en la Costa del Sol llevan mucho tiempo batallando contra estas estructuras de hormi
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