El Gobierno gallego, presidido entonces por Feijóo, permitió a una explotación de pollos duplicar su capacidad hasta 48.000 animales con una nave ubicada a escasos metros de una vivienda a cuyos propietarios no dejó personarse como afectados. Covirsa quería ampliar sus instalaciones en Rairiz de Veiga para duplicar su capacidad, que pasaría de unos 23.000 pollos por ciclo productivo -son unos seis ciclos al año- a casi 48.000. Para ello, y gracias a la autorización de la Xunta, construyó una nueva nave a escasos metros de una vivienda.
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