En España, sólo una de cada cuatro directivos es mujer. El principal freno al desarrollo directivo de las mujeres es la maternidad. Así lo cree la mitad de los empresarios líderes en nuestro país, tanto hombres como mujeres. Ser madre supone un retroceso en las condiciones laborales de las mujeres en los años siguientes a la maternidad. Es un hecho que el mercado laboral las penaliza. Durante el primer año tras el nacimiento de sus hijos registran una bajada de sus ingresos del 11%.
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