La política se define genéricamente como el arte de lo posible, lo cual va unido a la búsqueda de consensos para gobernar, realizar oposición o cambiar el proceso de toma de decisiones. No es posible negociar sin principios ni valores. Los actores políticos deben reconocerse y defender su proyecto, sea cual sea su color. Esto determina la emergencia ciudadana de la centralidad política. La política no es un juego que se resuelva exclusivamente en ganar, renunciándose a la conciencia ética del compromiso democrático.
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