En los últimos años, miles de viviendas, locales y solares han ido a parar a manos de grandes fondos buitres. Esta concentración inmobiliaria se está produciendo de manera opaca y está alterando radicalmente el panorama de nuestras ciudades y barrios. Es fundamental que los poderes públicos actúen no cómo comensales en este silencioso festín sino como auténticos garantes del derecho a la vivienda y a ciudades diversas e inclusivas. rel:
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