Tras la conquista de la igualdad jurídica en este hemisferio del mundo, el gran desafío del siglo XXI es conquistar la igualdad real, que se alza, tras más de cuatro décadas de constitucionalidad, como una quimera inalcanzable. Las estadísticas están ahí. Si pensamos en violencia, las mujeres son más víctimas; si pensamos en trabajo, las mujeres son más desempleadas; si pensamos en pobreza, las mujeres también son las más pobres, y si pensamos en liderazgo, las mujeres son una anécdota en las cúpulas de los poderes.