A medida que avanzan las tecnologías de procesamiento de voz, es importante que entendamos que su papel será, lógicamente, el de proveer un nivel de atención al cliente que, en muchos casos, será más que suficiente para resolver muchas consultas, quejas y reclamaciones de los clientes, con unos límites de actuación que irán mucho más allá de los que tenían los viejos sistemas IVR. En ese sentido, establecer un supuesto «derecho a hablar con una persona» en modo de «compromiso ético» puede ser contraproducente (...)