Pues bien, este organismo vivo que abraza, interconecta y da vida al planeta se llama suelo. Es un universo dentro de otro universo. Un universo que no vemos pero que está ahí y que es tan desconocido como imprescindible para la continuidad de la vida en el planeta. Pero es tan cotidiano y familiar como ignorado. Al margen de nuestra indiferencia, su actividad nunca cesa. Siempre se mantiene incansablemente ocupado y bullendo de actividad con infinitas transformaciones químicas, luchas entre sus organismos, batallas bioquímicas...