El mes pasado, Rusia endureció sus leyes sobre los 'agentes extranjeros', reprimió el uso de VPN, anunció una base de datos que recopila los códigos IMEI de los teléfonos, limitó el acceso al software de videoconferencias y lanzó un proyecto de ley que detendría el uso de programas extranjeros para 2025. Si se promulgan las políticas, aumentará la vigilancia del uso de la tecnología por parte de los rusos y se afianzará un control estatal sobre las comunicaciones.