Stoltenberg corroboraba así la asistencia de la OTAN a Ucrania desde 2014. Ucrania no era parte de la OTAN, pero su ejército era preparado y armado por la OTAN. La dimensión real de esta intrusión fue negada durante mucho tiempo en Bruselas y Washington, en un doble rasero político que explica en parte la tensión vivida en esa región de Europa en los últimos ocho años. La disputa de Rusia y la OTAN sobre Ucrania no empezó el 24 de febrero con la invasión. El pulso directo, con dinero, espías y asesores militares sobre el terreno, se remonta