El pretendido tatuaje englobaba la espalda, glúteo y piernas, por lo que la mujer se desnudó totalmente y se tumbó en una camilla boca abajo. Según el escrito de la fiscalía, estando la mujer en esa posición, el acusado, "con clara intención libidinosa y para satisfacer sus deseos sexuales", le comenzó a tocar sus genitales, llegando a introducirle en la vagina dos dedos. Fue entonces, cuando "asustada y sorprendida" se levantó de la camilla abandonando el lugar.