Fuimos el primer colectivo de trabajadores españoles abducidos del mercado laboral legal hace dos décadas. Hasta mediados de última década del pasado siglo nos llamaban recepcionistas, conserjes, porteros, bedeles, ordenanzas. Pero entonces surgieron empresas privadas que, imitando un modelo económico anglosajón, se posicionaron en las relaciones laborales entre nosotros y los clientes, para entre ambos fingir que trabajábamos para aquellas, a fin de separarnos de los convenios sectoriales y aplicarnos sus convenios-basura (...)