El estudiante de urbanismo Jurrien es uno de los seis que han elegido vivir en la casa de ladrillos amarillos en Deventer, en el este de los Países Bajos, como parte de un proyecto único que beneficia a todos. Los estudiantes universitarios no pagan alquiler y en cambio pasan al menos 30 horas al mes con algunos de los 160 ancianos que viven aquí, haciendo lo que el personal profesional no siempre puede.
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