La incertidumbre económica y el miedo a una recesión han provocado una drástica caída de los precios del petróleo en los últimos meses ante el riesgo de que se materialice un descenso del consumo. Sin embargo, en las últimas semanas ha aparecido un aliado inesperado para el crudo en el lado de la demanda: la quema de petróleo para producir energía, una técnica casi abandonada en los países desarrollados (es muy contaminante), está cobrando fuerza ante la escasez de gas natural y su elevado precio, según revela la AIE.
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