"Llegó un momento, a mediados de marzo, en el que llamabas a un familiar de un infectado, colgabas, te ponías a actualizar su ficha y al segundo sonaba otra vez el teléfono. Así las 24 horas del día. Era imposible, todo se desbordó. Dejamos de rastrear contactos y seguimos sin poder hacerlo. Y eso es preocupante". España es uno de los pocos países sin un plan para abordar la ingente tarea de rastreo de contactos de infectados.
|
etiquetas: plan de desescalada , rastreo de contactos