Como exejecutivo de Facebook y conocedor de lo que se cuece en Silicon Valley, Antonio García Martínez cree que “las cosas podrían ponerse feas”. El enorme poder de las empresas tecnológicas y la rápida evolución de la tecnología, dice, podría interrumpir y sacudir el funcionamiento del mundo tal como lo conocemos. Por eso decidió comprarse un terreno en una isla agreste cerca de Seattle, en el noroeste de Estados Unidos, y allí construir un refugio donde protegerse en el caso de una revuelta violenta antitecnología.
|
etiquetas: estados unidos , revolución