La prolongación de los días de calor ya entrado el otoño, acompañadas por una excesiva humedad, pueden actuar como "estresores" físicos y psíquicos en las personas, especialmente en las más vulnerables, e incrementar los niveles de tensión y provocar una mayor irritabilidad y agresividad. Aunque ya estamos en otoño, las temperaturas en muchos puntos de España, especialmente en la Comunidad Valenciana, son más típicas del periodo estival, con registros que llegan a rozar los 35 grados, algo que no se medía en este mes desde hacía 145 años.
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