Blanquear a la monarquía saudí no ha costado demasiado para los estrategas de la confrontación. Los medios han actuado de un modo tan bien coordinado, que parece que lo de la corruptocracia saudí es cosa del pasado. Se olvida así la intervención del reino wahabita en Siria, en apoyo de los corta cuellos del Imperio Asirio. Son en gran parte responsables de la destrucción de la antaño Arabia Felix, hoy triste, uno de los países más delicados de nuestro planeta Tierra.
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