El presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha asegurado este martes que
los periodistas corruptos son objetivos legítimos de asesinato, en una intervención en la que buscaba defender su polémica cruzada contra los traficantes de drogas y otros delincuentes ofreciendo recompensas. Ha asegurado que la libertad de expresión prevista en la Constitución no necesariamente protege a las personas de las repercusiones violentas de la difamación. Relacionada:
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