¿el Almirante Nelson hubiera acumulado esa infinidad de victorias navales compartiendo la capitanía de sus barcos? Obviamente no. Y por desgracia esto va de hundir el barco enemigo, no de estar encantados de habernos conocido: lamentablemente y muy a nuestro pesar, el terreno y las reglas del juego las marca el enemigo. No tener en cuenta esta circunstancia es suicidarse políticamente, que es, a grandes rasgos, lo que ha venido haciendo la izquierda en las últimas décadas.
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