Los agentes forestales tenían fundadas sospechas de quién estaba quemando un espacio protegido en Tudela (Navarra), pero hasta ese momento no lo habían podido probar, así que decidieron seguirlo de cerca. Una noche de hace un par de años, en plena pandemia, el presunto incendiario se subió a su coche y se fue al monte. Una pareja de agentes lo siguió. El hombre, un ganadero, se bajó del vehículo, dejó las luces encendidas y fue caminando hasta un pequeño barranco. Todo empezó a arder en pocos segundos.
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