“¿Qué oficina de asilo? ¿Una oficina de asilo en Beni-Ansar? ¡Pero es imposible, no podemos llegar a la frontera! Eso es para los sirios”, así lo explica un guineano que lleva meses viviendo en el bosque de Nador. “La situación de los negros es distinta. Si te acercas a la frontera te van a pegar como a una serpiente. La oficina de asilo es un sistema racista”, dice V, nigeriano. Los testimonios, recogidos por Elsa Tyszler, del Grupo antirracista de defensa y acompañamiento de extranjeros y migrantes de Marruecos, evidencian la si
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