Las autoridades de la prefectura de Akita, en el norte de Japón, han recomendado a sus vecinos no internarse en zonas boscosas a raíz de la inusual serie de ataques mortales de osos negros, que ha causado cuatro víctimas en menos de tres semanas. Debido a la cercanía en el tiempo de los incidentes y a que todos tuvieron lugar en la misma zona, expertos comentan que se podría tratar de un solo animal, el que "podría haber aprendido que (la carne humana) es un potencial alimento".
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