Hace tiempo que en el centro de Madrid se ven más maletas de viaje que mochilas de colegio. Según la plataforma Inside Airbnb, en los barrios de Sol y Cortes había a comienzos de año unas 900 viviendas turísticas registradas solo en esa aplicación. Respecto a los menores de 14, el último padrón municipal los sitúa en 458. “Los niños se quedan sin compañeros con los que jugar, y poco a poco también sin unas calles donde hacerlo”, apunta Víctor, miembro de un grupo de vecinos que se ha propuesto revertir lo que parece irreversible.
|
etiquetas: pisos turísticos , turismo , vivienda , madrid , abuso