Fue un gesto inédito, y una muestra más de que, en la Iglesia católica, las mujeres siguen sin encontrar las puertas abiertas. A las doce del mediodía de este miércoles, siete teólogas entregaban en la sede de la Nunciatura en Francia sus candidaturas a diversos ministerios en la Iglesia gala, pero se encontraron con la callada por respuesta. No fueron recibidas por el nuncio, Celestino Migliore, y tuvieron que agacharse para depositar, en un buzón a ras de suelo, sus documentos.
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