Es un pigmento que contiene una gran cantidad de carbono y que es imprescindible en la industria de las mezclas de caucho, es decir, para la construcción de cualquier neumático, desde el patinete eléctrico hasta el de un autobús. Se utiliza para reducir el daño térmico y aumentar la vida útil y mantener el rendimiento a lo largo del tiempo. Por ello, no es casual que la mayoría de las gomas que vemos en nuestro entorno sean negras. El 70 % de este componente proviene de Ucrania y Rusia. Solo el 1% se recicla.
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