Glena Duram de 49 años disparó a su esposo Martin Duram de 46 años cinco veces antes de voltear su pistola e intentar suicidarse sin éxito. El loro del marido se quedó repitiendo las últimas palabras de su amo "no dispares, no dispares" y, aunque no compareció en el juicio, ha sido clave para condenar la mujer por homicidio.
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