La Xunta de Galicia dio en febrero de 2023 el permiso a la empresa Tungsten San Finx para verter casi 900.000 metros cúbicos de aguas cargadas de metales pesados procedentes de una mina que se encuentra siete kilómetros por encima de la ría de Muros e Noia. Un año después, el 20 de febrero de 2024, la administración gallega le comunicaba a la compañía que, tras abrirle expediente por superar los niveles máximos de los elementos contaminantes
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