El zarpazo de la inflación al poder adquisitivo, además, ocurre por 2do año consecutivo. La teoría decía que pensiones y salarios iban a recuperar el terreno perdido este año, pero la guerra de Ucrania y la crisis energética derivada de ella impulsó todavía con más fuerza el IPC hasta cerrar 2022 con un alza del 8,4%. Un efecto que le ha pegado un nuevo mordisco a unas carteras cada vez más mermadas. Ese 8,4% está muy por encima de la revalorización de las pensiones (del 2,5%), de los sueldos públicos (3,5%) y de lo pactado en convenios (2,69%)
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