La civilización ilustrada atacó Libia para asesinar a un hombre y terminó matando a un país entero a cambio del dos por ciento del petróleo de la Tierra. «Fuimos, vimos y murió», sentenció Hillary Clinton con una sonrisa mercader. Sátrapa libio decían, y así escribían las líneas de la destrucción de una nación imperfecta, de un gobierno tolerado o condenado según moda. Libia es un país sin Estado, un trozo de suelo en disputa por el que circulan migrantes desesperados que pueden caer en manos de gente sin alma. Los nuevos mercaderes de humanos.
|
etiquetas: libia , africa , estado fallido , subasta , esclavistas