La gilipollez acampó en el Museo del Prado, sección Goya, donde cuelgan las dos ‘majas’: vestida y desnuda. Tardaba en manifestarse por aquí la gansada con la que una minoría de ‘lolailos’ climáticos ha puesto en jaque a las pinacotecas europeas (...) Si esto es todo lo que pueden hacer algunos humanos para concienciar estamos jodidos. A las activistas que irrumpieron en el Prado del arte les importa la publicidad que sale de amenazar algunas obras. La estrategia de darse a conocer rompiendo cosas es mala.
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