Hasta ahora, la tensión de precios se explicaba por la subida de la gasolina, la electricidad y los alimentos, pero en junio ha habido un elemento más: el turismo se ha convertido en la puntilla de la inflación. Este verano, los precios para ir de vacaciones son los más altos de los últimos 3 años, incluso antes de la pandemia, según cálculos de BBVA Research. Sin embargo, no parece que el verano más caro haya frenado la demanda de turistas.
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