Ver para creer. Algo así tuvieron que pensar todos los que presenciaron el robo que un grupo de jubilados, a plena luz del día, cometió en las instalaciones del balneario de Guitiriz. El abultado botín, transportado en cajas, bolsas de basura y cualquier recipiente que pudiese servir, fue de los más variopinto. Con la máxima del todo vale, se apropiaron de mantas, toallas, albornoces, menaje... Y lo guardaron todo en el autobús, donde después lo localizaría la Guardia Civil, y continuaron con el viaje programado. Como si no hubiese pasado nada.
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