Fue a cambiarse el bikini y descubrió que había un móvil con una aplicación de vídeo en funcionamiento. La estaban grabando sin su consentimiento decidió ir a la Policía para denunciar lo ocurrido. Sin embargo, la web en la que alquiló la habitación no hace nada y las autoridades tampoco. Teme que su vídeo esté en Internet y el acosador reconoce que su placer es "el riesgo a ser descubierto"
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