Kenneth Dart se hizo inmensamente rico inundando el mundo de vasitos desechables. Huyó a un paraíso fiscal, abandonando su ciudadanía estadounidense con tal de ahorrarse impuestos, en el 93, y después de que un hermano (o unos banqueros brasileños estafados, o unos rusos preocupados por su especulación en territorio ruso) hiciera arder su casa de más de un millón de dólares, paraíso fiscal que ahora está adquiriendo pieza a pieza. Se esconde de las cámaras desde hace 26 años.
|
etiquetas: poder , riqueza , especulación , fondos , buitre