Las palabras son de la psiquiatra infantojuvenil chilena Ana Marina Briceño, que lleva más de 20 años dedicada a atender y a ayudar a jóvenes deprimidos en Chile, tanto en hospitales públicos como en establecimientos privados. Siempre lo hizo desde una perspectiva profesional hasta que en 2019, pocos meses después de que comenzara la pandemia de covid-19, su propia hija fue diagnosticada con Trastorno Ansioso Depresivo. "Me tocó vivir lo que tantas veces había diagnosticado. Creí que estaría preparada para algo así pero fue difícil".
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