Jordi A. F., un joven ponferradino de 23 años procedente de una familia de León muy humilde de la que se distanció por completo conforme fue perfeccionando e incrementando sus estafas online. No tenía grandes conocimientos informáticos ni estudios, aunque sí es embaucador, intuitivo y calculador. Sospechaba que alguien de su entorno lo había ‘vendido’ porque tenía una alta consideración hacia sí mismo. Relacionada:
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