Su trabajo, si es que se puede llamar trabajo, es eliminar seres humanos. Matar a desconocidos a cambio de dinero. Lo hace desde que tiene 18 años. Vecinos molestos, narcotraficantes, empresarios, amantes despechados: en todas las parcelas de la sociedad tiene clientes. "Siempre hay alguien del que queremos deshacernos", sostiene, "y yo lo hago posible".
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