No es ningún misterio por qué las potencias europeas occidentales se comportan así ante la perspectiva de un mundo en el que ya no pueden imponer su voluntad y extraer el valor producido por los pueblos y las tierras del mundo para su mayor gloria. Han llegado a la conclusión de que necesitan recurrir al mismo instrumento que estableció la hegemonía occidental en primer lugar: la guerra en sus expresiones más extremas. Traducción al español en
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