"Queremos que la Iglesia responda exactamente igual que en Francia e Italia, en aquello que no tenga que ver estrictamente con su función". ¿Qué supone esto? Que los templos dedicados al culto no paguen IBI, pero sí garajes, pisos y otras instalaciones no dedicadas específicamente al culto. "Vamos hacia una nueva fiscalidad, mucho más justa, y eso lo sabe Parolin, que lo primero que me dijo fue que naturalmente que sí", adelantó la vicepresidenta.
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