Su delicado y antiguo oficio está más amenazado que nunca. Las distancias sociales obligatorias son un obstáculo para el contacto tibio de las gheisas japonesas. Las mascarillas tampoco ayudan; son un incordio complicado de casar con las pelucas de entretenida puesta a punto y los maquillajes en los que se emplean horas de trabajo.
|
etiquetas: japón , geishas , covid-19