El pienso que Román Santalla compra para alimentar a sus vacas cuesta hoy 55 céntimos por kilo. Es el doble del que pagaba este ganadero gallego de 60 años antes de que arrancara la espiral inflacionista provocada por la guerra de Ucrania, la crisis energética y la sequía que azotó a toda Europa el pasado año. Esta subida es solo una de las que registraron los precios de las materias primas empleadas en el sector agroalimentario, que empezaron a subir en la segunda mitad de 2021 y que no dan todavía, en muchos casos, señales de relajación.
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