Y es en este punto donde hay que fijar la atención. En el pulso que está echando Rusia a los países occidentales que han impuesto las sanciones, singularmente a la UE, con su posición de no renovación del acuerdo. Lo que pretende Moscú es utilizar este movimiento de presión par intentar levantar algunas de las sanciones impuestas y que comienzan a tener repercusiones en sus exportaciones y, por tanto, en la recepción de unas divisas que son esenciales para el país.
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