A mediados de junio se detectaron en la zona del Báltico niveles anormales pero inofensivos para las personas y el medio ambiente de isótopos radiactivos de origen artificial: Co-60, Ru-103, Cs-134 y Cs-137. Algunos de ellos solo se trabajan en centrales nucleares por lo que se suponía que este escape radiactivo procedía de alguna planta de energía en el Viejo Continente. Pero tres semanas después nadie se hace cargo de esta nube radiactiva. Más de 40 países han notificado a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) que de sus central
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