Después de la caída al río, la vaca durmió al borde del cauce las noches del viernes y del sábado, arropada con paja el primer día y con mantas el segundo. Familiares y vecinos se turnaron para no dejar solo en la noche al animal malherido. El cansancio empieza a hacer mella. Esta noche el animal se quedó acompañado de una radio y una linterna encendidas, para ahuyentar a las alimañas. Se le hizo una cama con paja y se dejó bien arropada con una manta, con hierba fresca y agua.
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