El pulso con Rusia es un mero capítulo inicial de esta guerra multifacética contra China y está destinado a romper las relaciones Europa-Rusia dejando a Europa del lado americano en la creciente confrontación de bloques. Y a Rusia debilitada en la esfera de influencia de China. La tensión entre Estados Unidos y Rusia por la expansión de la OTAN ha ignorado en todo momento a Europa y sus intereses. Estados Unidos atacó el proyecto de gasoducto en el Báltico desde el primer momento contra el interés estratégico de Alemania y Europa Central.
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