A plena luz del día. Mientras los niños se bañan en la playa de Guadarranque, las motos acuáticas o lanchas con motores de gran cilindrada se cruzan a gran velocidad y se escapan por el río. La imagen es de este mismo verano. A partir de ahí su fuga es segura. Ni las embarcaciones de la Guardia Civil ni las de Vigilancia Aduanera pueden seguir ese camino. Es un río de poco calado, no navegable. Esta desembocadura es un punto clave en la logística de las mafias dedicadas al contrabando con Marruecos. Se conocen como los narcoembarcaderos.
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