200 euros. Ese es el tope máximo de dinero que pueden gastar los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) en cuestiones que no resulten básicas. El Servicio Vasco de Empleo-Lanbide, organismo que gestiona estas ayudas, ha impuesto este límite tras recibir numerosas quejas por parte de personas perceptoras o solicitantes de RGI a quienes se les había denegado, suspendido o extinguido la prestación por unos gastos considerados superfluos o excesivos.
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